Los Príncipes copulan y el Juez también

Quiero aclarar que, para mí, el valor actual de la Corona española es innegable y su legitimidad constitucional es absolutamente indiscutible. Y por valor entiendo un conjunto de atributos tangibles y, sobre todo intangibles basados en el prestigio personal e institucional que convierten su presencia en un ministerio más al servicio de los más altos intereses de España. Y como eso es bueno para España, en términos de política internacional y económicos, el prestigio de los príncipes tiene que mantenerse en alto y a buen resguardo.

El juez de la Audiencia Nacional Juan del Olmo ordenó, a petición de la Fiscalía General del Estado, que se retire de los quioscos el último número de la revista de humor satírico El Jueves por un supuesto delito de injurias a la Corona española y de menoscabo de su prestigio (artículos 490.3 y 491 del Código Penal, que prevén penas de hasta 2 años de prisión a quien cometiera calumnias o injurias contra el rey o sus descendientes). Y se ordenó, también, el cierre del sitio web de la revista en cuestión.

Por un lado veo que lo que el magistrado quiso proteger, el prestigio de la Corona, no estaba siendo menoscabado. Una imagen de ese tipo en la portada de un periódico de gran difusión es de mal gusto. Y más aún, si se les pone nombres y apellidos, pertenezcan o no a la Casa Real. Esa revista, al igual que las de prensa de corazón y las de pornografía para adultos, vive de la provocación: si el personaje atacado “entra al trapo“, se crea un gran tensión periodística y se disparan las ventas.

El Juez del Olmo “entró al trapo“, se armó lo que se armó, y se dió al asunto una visibilidad que nunca hubiese tenido creando un escenario de desprestigio innecesario, porque el público percibió este hecho como que la Casa Real censura, limita la libertad de expresión llegando al extremo de ordenar el secuestro de una revista que siempre estuvo en los quioscos diciendo más o menos lo mismo. La imagen del príncipe Felipe y de la princesa Letizia es grotesca e hiperrealista. La caricatura poco se parece a Sus Majestades – hasta diría que la princesa no se parece en nada.

Seguramente, el texto de la viñeta es lo más provocativo: ¡Esto va a ser lo más parecido a trabajar que he hecho en mi vida!, dice el caricaturizado Príncipe Felipe a Doña Letizia, mientras se empeñaba en ganar los 2.500 euros de la nueva prestación por nacimiento de la Seguridad Social. De critica merecida o inmerecida tiene mucho. De calumnia o injuria muy poco, o nada. La revista ha puesto en esa portada un poquito de cada uno de los ingredientes que aseguran el éxito en las publicaciones españolas: prensa de corazón, pornografía, y ensañada crítica política.

Para recordar:

Artículo 490.3 del Código Penal.-

El que calumniare o injuriare al Rey o a cualquiera de sus ascendientes o descendientes, a la Reina consorte o al consorte de la Reina, al Regente o a algún miembro de la Regencia, o al Príncipe heredero de la Corona, en el ejercicio de sus funciones o con motivo u ocasión de éstas, será castigado con la pena de prisión de seis meses a dos años si la calumnia o injuria fueran graves, y con la de multa de seis a doce meses si no lo son.

Artículo 491 del Código Penal.-

1. Las calumnias e injurias contra cualquiera de las personas mencionadas en el artículo anterior, y fuera de los supuestos previstos en el mismo, serán castigadas con la pena de multa de cuatro a veinte meses.

2. Se impondrá la pena de multa de seis a veinticuatro meses al que utilizare la imagen del Rey o de cualquiera de sus ascendientes o descendientes, o de la Reina consorte o del consorte de la Reina, o del Regente o de algún miembro de la Regencia, o del Príncipe heredero, de cualquier forma que pueda dañar el prestigio de la Corona.