Aunque son modernas y sus resultados son a menudo excelentes, las empresas e industrias europeas no pueden dormirse en los laureles. Mantener su competitividad, adaptarse a los avances tecnológicos y hacer frente al ritmo de crecimiento de los países competidores constituyen un reto permanente. Superarlo con éxito es fundamental para crecer de manera sostenible y aumentar nuestro nivel de prosperidad. La política de empresa de la Unión Europea contribuye a ello fomentando la innovación, el espíritu empresarial y la competitividad en la industria manufacturera y en el sector de los servicios.

El objetivo de la política empresarial de la Comisión Europea es garantizar que todas las empresas compitan y comercien en igualdad de condiciones y que Europa sea un lugar atractivo para invertir y trabajar, sin olvidar que también es importante mantener un selido tejido industrial en toda la UE. Por ello, es necesario tomar en consideración las necesidades y características específicas de los distintos sectores, como las industrias automovil?stica o textil, y garantizar las condiciones necesarias para que prosperen industrias importantes desde el punto de vista estratégico, tales como las ciencias de la vida, el sector aerospacial o la biotecnología. La tecnología y la innovación son factores clave de la creación de un entorno favorable a la iniciativa industrial. La Unión Europea financia numerosas iniciativas de investigación, apoya el espíritu empresarial, fomenta las cooperaciones público-privadas para aprovechar al máximo el potencial de los sectores público y privado y organiza plataformas tecnológicas. Asimismo, tiene previsto crear un Instituto Tecnológico Europeo.

Gestión del cambio
La Unión Europea no afronta estos retos de manera proteccionista o introspectiva. Su premisa fundamental es que la protección de la industria contra el cambio no haría sino posponer lo inevitable, que a largo plazo resultaría más costoso y doloroso. La Unión Europea intenta anticipar el cambio estructural y crear un clima en el que, desde una perspectiva realista, los ajustes sean lo menos dolorosos posible, tanto para el empleador como para el trabajador.

Debe encontrarse, pues, un equilibrio adecuado entre las expectativas de la sociedad, por ejemplo elevados estandares sanitarios y medioambientales, y la necesidad de no frenar la innovación, la productividad y la creación de empleo con una burocracia excesiva. Otro elemento de la ecuación es el acceso adecuado y no discriminatorio, al mejor precio posible, a los principales servicios de apoyo, como las comunicaciones, el transporte y los servicios públicos, que las empresas necesitan para funcionar de manera correcta y eficaz.

La política empresarial enfatiza, pues, la necesidad de integrar políticas tan diferentes como el comercio, la investigación, el mercado interior, el empleo y la formación, la sociedad de la información, el desarrollo regional y la fiscalidad, sin menospreciar el medio ambiente, de manera que fomenten el uso del conocimiento y la innovación en la industria de la Unión Europea en su conjunto. La Unión Europea pone gran empe?o en eliminar los obstáculos a la competencia en general, evitar que surjan nuevos obstáculos y limitar, mejorar y simplificar la reglamentación. Por otro lado, los Estados miembros individualmente no pueden poner nuevas trabas a las operaciones de empresas de otros Estados miembros.

A veces, si los requisitos obligatorios de los productos son esenciales para la protección de la salud pública, del consumidor o del medio ambiente, los obstáculos al comercio intracomunitario se eliminan mediante normas comunes aplicables a los productos. En otros casos, los productores pueden decidir libremente que tecnología utilizan, a condición de que el resultado final sea un producto seguro. El marcado ?CE? en los productos garantiza a las autoridades y a los consumidores que estos se ajustan a la normativa adecuada, tanto si se han elaborado en la Unión Europea como si se han importado.

Solo en casos excepcionales se necesita una aprobación previa a la comercialización de un producto. Es el caso de los medicamentos. No obstante, la obtención de las autorizaciones necesarias para vender un producto en más de un país es más sencilla si se solicitan a traves de la Agencia Europea de Medicamentos de Londres.

Algunas sustancias Químicas también están sujetas a normas estrictas. Estas normas están siendo armonizadas para lograr un mejor equilibrio entre la necesidad de competitividad de la empresa y el requisito de que los productos no pongan en peligro la salud o el medio ambiente. Se pretende registrar todas las sustancias Químicas en una sola base de datos y mejorar la evaluación del riesgo mediante un sistema denominado REACH (registro, evaluación y autorización de productos quemicos). El sistema lo dirigir? la Agencia Europea de Sustancias y Preparados Quemicos de Helsinki.

Un enfoque integrado de la competitividad
El Plan de acción sobre capital riesgo es un ejemplo de Cómo la política empresarial ha interactuado con otras políticas de la UE. Se trata de una iniciativa del mercado único que ha contribuido a fomentar el espíritu empresarial eliminando los obstáculos que dificultan el acceso de las pequeñas empresas a los medios financieros, tanto para su creación como para su fase inicial. La política de investigación también es esencial para el espíritu empresarial, puesto que la innovación abarca no solo las nuevas Tecnologías, sino también el desarrollo de nuevos conceptos empresariales, el diseño de nuevos productos o la utilización de nuevas formas de distribución y comercialización de un producto.

Las PYME constituyen la espina dorsal del sector empresarial de la Unión Europea
Los veinticinco millones de pequeñas y medianas empresas (PYME) de la Unión Europea forman ya la espina dorsal del sector empresarial de la UE, pero aún queda margen inexplotado para reducir las diferencias de productividad respecto a Estados Unidos. La Unión Europea tiene programas específicos, basados en su principio ?think small first? (pensar primero a pequeña escala), que facilitan la Participación de las PYME en los proyectos de investigación e innovación que financia. Además, las normas para obtener ayuda estatal y otras formas de financiación son menos estrictas para las PYME que para las empresas más grandes.

El turismo es el principal sector económico y Europa es la región más visitada. La red de centros de enlace de la innovación, financiada en parte por la Comisión, abarca más de treinta países y ayuda a las PYME a encontrar socios para llevar a cabo proyectos de investigación e innovación. Los centros europeos de información empresarial (Euro Info Centros), presentes en más de cuarenta países, proporcionan información sobre políticas y oportunidades destinadas a las PYME.

Mediante el plan de acción en favor del espíritu empresarial, la Comisión pretende fomentar una actitud más emprendedora, animando a que más personas creen empresas, ayudando a estas empresas a que crezcan y sean más competitivas, mejorando el flujo de financiación y creando un entorno más favorable a las PYME. Entre 2001 y 2005 ha dedicado unos noventa millones de euros anuales a financiar proyectos destinados a las PYME de la UE, de Bulgaria, de Ruman?a y de Turquea. Asimismo, colabora estrechamente con el Banco Europeo de Inversiones para fomentar el crecimiento de las pequeñas empresas y se centra en particular en la ayuda a los empresarios en los nuevos Estados miembros.

El crecimiento sostenible es fundamental
El crecimiento sostenible es un factor que siempre se tiene en cuenta. Por ejemplo, Europa es la zona tur?stica más visitada del mundo. Por ello, es necesaria una política que no obstaculice el desarrollo de una importante industria de servicios o que no impida a las personas elegir sus vacaciones, pero que proteja los recursos naturales y el medio ambiente, de tal forma que el desarrollo de destinos turísticos no destruya el propio legado en que se sustenta esta industria. El crecimiento sostenible no solo incumbe a los responsables políticos de la Unión Europea. Cada empresa tiene la obligación de aplicar políticas responsables desde el punto de vista social y medioambiental y la Comisión Europea apoya iniciativas para aumentar la responsabilidad social de las empresas (RSE).

Fuente: Comisión Europea, 2005.