Islas Baleares, turismo, casas rurales, y vela

Las Islas Baleares (Mallorca, Menorca, Ibiza y Formentera) poseen en total casi trescientas playas en el Mediterráneo más azul. Mallorca es la isla más grande de las Baleares (72,5% de la superficie total), la más poblada y la única isla con una gran ciudad y una gran diversidad regional.

La “Pla” constituye la principal zona agrícola. Es un área de baja meseta y de colinas que ocupan el centro de la isla entre una cadena de plegamiento alpino que recorre más de 80 km al norte y una serie de pequeños macizos calcáreos residuales al sur. La cadena septentrional, orientada suroestenoreste, se eleva cerca de 1500 m. desciende bruscamente hacia el mar y protege de la tramuntana o tramontana (de ahí su nombre: “Serra de Tramuntana”), es la parte más grande de la isla.

La agricultura, la pesca y el comercio suponen sus principales fuentes de riqueza. También destacan la industria del calzado, la bisutería, los muebles y la metalurgia. Dentro del arte sobresale el teatro de Alcudia, el palacio de la Almudaina, el castillo de Bellver, la Real Cartuja en Valldemosa La lonja y la catedral de Palma.

Cinco veces más pequeña que Mallorca, Menorca (701km2) es también bastante diferente: es una plataforma batida por los vientos, con un litoral muy accidentado al norte y bordeada por altos acantilados al sur. Los campesinos de l’Ampurdan que colonizaron la isla en la época de la Reconquista cristiana dejaron su huella en el paisaje. A pesar de la sequía, más fuerte que la de Mallorca, la dispersión del hábitat y el número de vacas lecheras en los pastos, la vista es sorprendente. Además, las medianas y grandes parcelas de terreno se han mantenido, gracias a la vieja costumbre del “hereu” (heredero único). La importancia y la precocidad de las actividades industriales (calzado y, sobre todo, agro-industria del queso para fondue) son igualmente un elemento insólito que parece que comenzó con una iniciativa de la burguesía local que se enriqueció bajo la ocupación británica (siglo XVIII), gracias al notable comercio del trigo. La importancia y la precocidad de las actividades industriales (calzado y, sobre todo, agro-industria del queso para fondue) son igualmente un elemento insólito que parece que comenzó con una iniciativa de la burguesía local que se enriqueció bajo la ocupación británica (siglo XVIII), gracias al notable comercio del trigo. El canal de Menorca la separa de la isla de Mallorca. Sus recursos proceden de la agricultura, la ganadería, la industria láctea, el calzado, la orfebrería y las bebidas alcohólicas. Las manifestaciones artísticas se manifiestan principalmente en la iglesia del Santo Cristo, la del Rosario y la catedral (en la imagen), en Ciudadela, y en la Casa Mercadal de Mahón.

En cuanto a las Islas gemelas de Ibiza y de Formentera (623 km2) son destacables por a sequedad de su clima, la importancia de la insolación y la predominacia de las rocas calcáreas. La población campesina sobrevive con una escasa actividad agrícola basada, principalmente, en el cultivo de la cebada. El turismo de masas comenzó en 1996, seguido del desarrollo de un aeropuerto internacional que soporta actualmente alrededor de 3 millones de pasajeros al año. La pequeña ciudad de Ibiza, que se ha convertido ahora en la segunda ciudad de Baleares (30.000 habitantes), se ha transformado en un centro cosmopolita que se ha visto particularmente favorecido por la “jet-set”. Sigue leyendo Islas Baleares, turismo, casas rurales, y vela

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