Praga, la capital de la República Checa, está repleta de edificios y objetos de formas ondulantes y gusto exquisito; un paseo por prácticamente cualquier barrio de la ciudad nos desvelará vidrieras, farolas, estatuas o edificios singulares adornados con frescos o relieves de este estilo tan peculiar de finales del siglo XIX. El Puente de Carlos de Praga, el cementerio judío y el reloj astronómico de la plaza del Ayuntamiento de Praga son visitas imprescindibles en la ciudad del Moldava. Praga es conocida por sus tranquilos barrios barrocos, es asimismo una de las cunas del modernismo junto con Viena, Berlín, París o Barcelona.
Lo que hay que conocer en Praga: el ungelt medieval, la maravillosa Iglesia de San Jacobo, el ayuntamiento cubista, la fascinante Sala de conciertos y el Palacio de Exhibiciones en estilo art nouveau, el Gueto Judío y sus bellisimas sinagogas, la casa de Franz Kafka, el Puente de Carlos y los antiguos molinos, la casa de Beethowen, la Plaza del Pueblo Viejo y Reloj Astronómico en la Plaza de la Ciudad Vieja, los Pubs de la Ciudad Vieja, el Paseo de los Fantasmas. Y por supuesto, el Castillo de Praga – el trono de la soberanía Checa, escenario de coronaciones y la tumba de los emperadores; la catedral de San Vito, el renacentista del Palacio Real, la Iglesia barroca de San Nicolás; los palacios de la Ciudad Menor; la galería a cielo abierto – El Puente de Carlos; la Librería Nacional.
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